Este es un artículo de opinión de Jaime Martínez Montero publicado en el Diario de Jerez.
"Creo que son los ingleses los que dicen que ya que no se puede cambiar la realidad, cambiemos al menos las palabras con las que nos referimos a ella. Últimamente estamos teniendo una sobredosis de la aplicación práctica de este dicho. La llevada de agua a Cataluña no es un trasvase, sino una conducción. El ministro de Justicia dice que no hay colapso, sino retraso. Y respecto a la crisis económica qué les voy a contar. Es curioso cómo en el caso del traslado del agua se cambia el término que lo identifica por uno de sus requisitos ineludibles: la conducción. Es evidente que sin conducción de agua no hay trasvase. En el caso del colapso, se emplea una de sus consecuencias: el retraso que se produce. Siguiendo el modelo, uno no tiene una enfermedad grave, sino que está en la cama sin poder trabajar, o un cafre no mata a su mujer, sino que usa el cuchillo con un objetivo socialmente reprobable. Podíamos emplear también no sólo lo que ocurre después del hecho, como en el caso de la Justicia, sino lo que sucede antes. Así, por ejemplo, evitaríamos el peyorativo término de vago y lo sustituiríamos por el de la persona a la que le gusta descansar antes de cansarse.
Como todo se está volviendo confuso, quiero explicar el significado de tres parejas de conceptos que no siempre están bien delimitados.
Sorprendidos/asombrados.Cuando llegó Lord Ralston a su casa y cogió a su mujer en la cama retozando en brazos de uno de sus compañeros de Cámara, se dirigió a éste y con la típica flema y educación británica le dijo "Me sorprende usted, lord Pengin". A lo que éste le respondió "Perdone que le haga una precisión en un momento tan poco airoso para ambos, pero los sorprendidos somos su esposa y yo. Usted lo que está es asombrado". Podemos aplicar esta distinción a lo que dijo un concejal de Coslada, que explicaba su reacción ante la detención de más de treinta guardias municipales confesándose sorprendido. No se expresó bien. A los que han sorprendido es a los policías de esa ciudad que estaban involucrados en la trama, y los que nos hemos quedado asombrados somos los ciudadanos. Pero no todos, sino mayormente los que no conocemos Coslada. Los que viven allí ya se olían algo.
Concernidos/implicados. Un alto cargo del PNV decía en unas declaraciones que los primeros interesados en el fin del terrorismo y de ETA eran ellos, porque ellos son los primeros concernidos. Bueno, tampoco es para presumir. Para explicar la distinción entre concernido e implicado se recurre a dos componentes del desayuno inglés: los huevos y el tocino frito. La gallina está concernida, puesto que el huevo es suyo. Sin embargo, el cerdo está implicado: para poder freír el tocino primero lo tienen que matar. Trasladado este modelo a la situación de Euskadi, pienso que hay que darle la razón al burukide: los nacionalistas están concernidos al igual que la gallina respecto al huevo que pone; algo le cuesta, pero sigue medrando y podrá poner más. Sin embargo, los no nacionalistas están implicados, y no creo que haga falta entrar en detalles para que los lectores entiendan la semejanza.
Desastre y catástrofe. Disraelí le hizo ver a un diputado de los Comunes la diferencia entre estas dos palabras con el siguiente supuesto: "Un desastre sería que Sir Gladstone se cayera al Támesis. Una catástrofe sería que lo salvaran". Permítaseme referir un viejo cuento para explicar la aplicación de estos dos términos a nuestra grave situación económica. Me parece que nos han presentado las noticias sobre ella como aquel lacayo que esperaba a su señor en la puerta de la ciudad para contarle lo que había ocurrido en su casa: "¿Qué ha pasado?" "Muy malas noticias. Se ha muerto su perro favorito". "No es tan grave. ¿Cómo ha sido?". "Lo mató su mejor caballo cuando se derrumbó sin vida encima de él". "¡Qué desastre! Pero, ¿cómo ha muerto el caballo?". "Le cayó encima su hijo, que se había tirado desde lo alto del tejado. Su hijo se asfixió con el humo". "¿De qué humo me hablas? ¿Para qué se subió mi hijo al tejado?". "Para huir del fuego, porque la casa ardía por completo". "¿Cómo se incendió?". "Su mujer, accidentalmente, se dio un golpe en la nuca y se derrumbó, muerta. La vela que llevaba cayó al lado de las cortinas". Hasta aquí el cuento. ¿No les parece que toda esta historia de la crisis nos la han contado según el modelo de relato que utilizó el criado? Antes de las elecciones parecían admitir que el perro no estaba bien del todo y que algo le pasaba. Ahora parece que ya se han muerto el perro y el caballo. ¿Hace falta que siga para que entiendan lo del desastre y la catástrofe?".
1 comentario:
Buen día,
Muchas veces usamos las mismas palabras para hablar de cosas distintas y me asombra, o sorprende (jeje) que nos podamos entender.
Es verdad que la realidad es una, pero al final uno a veces piensa en usar sus propias palabras para hablar con los demás.
¿Os imagináis?...
Descubrí este enlace divertido sobre palabras y conceptos: www.dimanario.es
Un saludo
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