lunes, 23 de junio de 2008

16 Congreso del PP

Se acabó uno de los Congresos del PP más polémicos y decisivos.

En este Congreso la paciencia y fortaleza de los afiliados ha conseguido mantener el PP unido, no sus dirigentes enfrascados en luchas personales y territoriales pero sí la fuerza de las ideas y de las convicciones de las bases que no se han dejado guiar por los cantos de sirena.

Había que estar allí desde el primer hasta el último momento, ver a cada uno de los nombres propios del PP y disfrutarlo, vivirlo intensamente porque como este Congreso no habrá otro.

El viernes tras el informe del Secretario General, Ángel Acebes, tocaba el turno del debate de las ponencias, los textos ideológicos que tanto han dado que hablar.

Sólo una reflexión ante la figura de Ángel Acebes, en este Congreso ha habido dos grandes homenajes que se han ido colando en todas las intervenciones y actuaciones, para Acebes y para las víctimas del terrorismo. Nada ni nadie ha podido evitar que Acebes sea reconocido como un gran político que le ha tocado lidiar con los peores momentos y, nada ni nadie ha conseguido personalizar ni enmascarar el primer principio del PP, siempre con las víctimas.

Yo participe en la “Ponencia Política” donde desde la mesa se hizo un esfuerzo tremendo en conducir el debate, en aceptar la mayoría de las enmiendas y en armarse de mucha, mucha paciencia. La misma de la que hicimos gala todos los participantes pues hasta bien entrada la noche no terminó. Lamentable el exceso de protagonismo de muchos enmendantes y la falta de tolerancia y moderación. Sufrimos los “minutos de gloria” de Álvarez Cascos, más preocupado en desprestigiar a Javier Arenas que en otra cosa; de Alejo Vidal Cuadras que a pesar de haberse recogido sus enmiendas nos dio un discurso político; de Santiago Abascal, hablando en nombre de María San Gil, sin reconocer que el texto de la ponencia iba a ser más duro con el nacionalismo vasco de lo que a ellos les hubiera gustado y de una agrupación madrileña, abanderada del progresismo.

Quizás la situación del PP vasco es comprensible. Antes por los menos el PSOE estaba a su lado, pero estos últimos cuatro años el PSOE ha traicionado tantos años de trabajo, de muerte de compañeros, de injusticia y de odio social y ahora, ese nuevo PSOE es tan excluyente como lo han sido los nacionalistas durante tantos años. Quizás esta escenografía en el Congreso del PP sólo sea un grito de desesperación, un grito de “no aguantamos más”.

Todos esos ataques fueron sabiamente toreados por Ana Pastor, incluso aquellos ataques que fueron personales sin merecerlo. Pero la agrupación andaluza estaba allí, numerosa, comprometida hasta el final sin descansar y sin cenar, y sólida, al unísono. Una agrupación con las ideas claras, sin personalismos y sabiendo que necesitamos un PP fuerte, y que logró con diplomacia y persuasión que se aceptarán sus enmiendas. Quizás tantos años en la soledad de la oposición y sufriendo al peor PSOE nos permite mantener las ideas claras y ver que la luchas internas no nos hacen bien, las fuerzas hay que utilizarlas en la calle y en los debates contra nuestro adversario que, no es otro que el PSOE.

La supremacía moral no la tiene nadie, todos desde nuestro lugar luchamos con nuestro medios para el mismo fin, nadie es mejor porque se ganen elecciones o porque su rival se llame PNV, CIU o PSOE.

Imagino que tantos años en política te hace olvidar porque estas, te hace olvidar que hay determinadas ideas y principios que si el PP no existiera nadie las defendería. Hemos conseguido un ideario claro y firme y los personalismos sólo tambalean las columnas pero los pilares están bajo tierra.

El sábado fue el día de los discursos. A todos se nos han quedado gravadas las palabras de Aznar pero fue doloroso. Fue doloroso que la persona que más había hecho por el PP en ese momento era quién más daño le estaba haciendo. Fue doloroso personalmente por la admiración que siento por él, que no hablase como árbitro, que fuera parte interviniente, que se colocará a un lado de la pugna y que defendiera su propio proyecto del que hace cuatro años, voluntariamente, se bajo.

Fraga hizo un discurso tibio, personal y de partido pero Aznar fue sangrante.
http://www.pp.es/uploads/docs/DOCUMENTOSPIT/Intervención_de_José_María_Aznar.pdf

Pero llegó la tarde, fue el momento de Rajoy donde o estaba a la altura o el PP saldría de allí más roto que nunca. El sabor agridulce del discurso de Aznar que nos dejó a la mayoría era peor que el odio y el rencor, el reto no era otro que volver a ilusionar, que recuperar la confianza de los asistentes que estaba bajo suelo.

Con humildad, reconociendo errores, con sensatez y tranquilidad y dando el protagonismo del PP a quién lo tiene, sus afiliados y simpatizantes. Reivindicando nuestras ideas y afirmando los posicionamientos de estos cuatro últimos años, como él dijo “Vamos a hacer las mismas cosas pero vamos a hacerlas mejor. No podemos modificar nuestros valores porque son los que recoge el artículo primero de la Constitución: libertad, justicia, igualdad y pluralismo político”.

Que la soberanía nacional es única y no se divide ni se reparte. Esto significa que en España manda el pueblo español, todo el pueblo español, y manda sobre todo el territorio nacional.

Que España no es una nación de naciones ni una suma de territorios, sino una nación de ciudadanos libres e iguales.

En consecuencia, si alguien pretende que España se divida en 17 naciones, o que las Comunidades Autónomas tengan una relación bilateral con el Estado, que no cuente conmigo.”

El centrismo no es una ideología; no es una doctrina política. El centrismo es una voluntad. La voluntad de evitar cualquier exageración. La voluntad de sacar el mejor partido de las cosas sin prejuicios doctrinarios. La voluntad de sintonizar con los deseos y las necesidades reales del pueblo español, que es fundamentalmente moderado y rechaza todo extremismo porque lo entiende como una mezcla de insensatez y de ineficacia”.

Esto no es una mera cuestión de nombres. Este partido, lo dirija quien lo dirija, debe dar ejemplo de solidez y de coherencia. Estáis votando por el futuro. Estáis determinando el rumbo, la capacidad y el porvenir del partido; de un partido que queremos ver triunfante, aplaudido por los ciudadanos”.

Estas son algunas de las frases que más me impactaron.

http://www.pp.es/uploads/docs/DOCUMENTOSPIT/08.06.21_Discurso_Rajoy-presentación_candidatos.pdf

Y después de esto, a votar la candidatura, ahora con las ideas más claras y con la ilusión renovada.

Después cerca de dos horas esperando en el plenario el recuento y la proclamación. Pocos aguantamos hasta el final, no más de 100 personas pero mereció la pena, a veces las cosas importantes pasan cuando menos te lo esperas y normalmente ocurren sin que nadie se de cuenta.

Domingo por la mañana, clausura del Congreso. Intervenciones de invitados y el discurso del Presidente del Partido Popular, elegido por el 84,24 % de los compromisarios. Ahora toca el discurso de oposición, se cerraron las heridas y como diría Fraga, “mañana, como siempre, a trabajar”.

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