He escuchado con demasiada asiduidad, críticas a nuestro sistema electoral sin lógica, sin conocimiento y sin razón.
Tras los últimos resultados electorales se nos acusa a los grandes partidos de caminar hacia el bipartidismo, pues sí, pero ese camino hacia el bipartidismo empezó en 1985 con la aprobación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral.
Cuando pensamos o hablamos de política solemos hacerlo en ambientes distendidos y de una forma espontánea y cometemos el gravísimo error de tomar cada uno de los elementos de nuestro sistema político como piezas independientes y, es por ello que, incurrimos en grandes errores.
Hace unos días ha surgido una plataforma a favor de las primarias en el PP, ¿alguien con un mínimo de conocimiento de nuestro sistema electoral da credibilidad a esto?. Queremos exportar piezas pero sin darnos cuenta de que nuestro puzzle político es muy diferente del puzzle político estadounidense.
A veces, a determinadas palabras les otorgamos poderes cuasi mágicos. "Primarias" no se refiere a un concepto, es un procedimiento de elección y que, en ningún caso otorga mayor o menor carácter democrático. No hay nada peor en política que la malversación del lenguaje.
En el caso español el mandato representativo que ostentan nuestros Diputados y Senadores no es directo o imperativo con la circunscripción y sí lo es, con el partido por el que resultan elegidos.
Nuestro sistema electoral, de listas cerradas y bloqueadas hace que "primero te eligan en el partido y luego te voten los ciudadanos". Los ciudadanos al votar sólo muestran preferencias entre partidos y no entre candidatos. La fuerza electoral radica en la "marca" en el partido, y todos conocemos casos de candidatos con escasa simpatía que ganan elecciones o, al contrario, personas de gran popularidad pero que les resta votos el Partido por el que se presentan.
La fuerza personal del candidato sólo es visible en casos aislados y de forma residual.
En los momentos precongresuales es el momento del debate de ideas y de procedimientos pero, seamos más serios, nuestro sistema de partidos no es otro que el que diseñó nuestro sistema electoral.
Como opinión personal diré que caminamos hacía más democracía cuando participamos más en el sistema.
Si quieres que algo cambie, muevete y actúa.
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