Había hecho el propósito de no escribir más allá de la política en estos meses de pre-campaña pero yo soy de esas que me muero antes de dejar de ser como soy.
Hace un año, era sábado, lo recuerdo perfectamente y estuve todo el día esperando algo que no llego. Este año sabía que no tenía que esperar, estaba segura de que ocurriría.
Y en eso se resume casi todo, hace un año estaba sumergida en la indecisión y la necesidad, me estaba conformando con cualquier cosa. Hoy las cosas son distintas, sé lo que quiero, sé cuál es el camino para lograrlo y ya no me dejo ni engañar ni me quiero conformar con otras cosas.
Porque al final todo llega, llega la serenidad y, sobre todo, llega la felicidad.
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