domingo, 15 de agosto de 2010

El peaje

Reproduzco una tribuna de opinión publicada en El Mundo el 11 de agosto de 2010 escrita por Luis Olivenza sobre el peaje en La Línea de la Concepción.

"Estaba dándole vueltas a esta idea del peaje urbano (, creo es el término correcto) que quiere implantar en la Línea de la Concepción su Alcalde, Alejandro Sánchez, cuando, de pronto, como aparecido de la nada, me encuentro que la carretera por la que circulo, la comarcal de Klais a Schloss Elmau, en los Alpes bávaros, se encuentra cortada por un sencillo poste manejado por un propio desde una caseta situada a un lado del camino. Una rústica señal advierte al conductor que hay que pagar una Mautgebühr, (peaje), por transitar por esa vía con un vehículo de motor: nada más y nada menos que 3 euros por una carretera de 4 kilómetros. Pago y recibo un ticket en el que el Ayuntamiento de Klais justifica el peaje para preservar la belleza natural de ese paraje alpino; el peaje tiene una finalidad disuasoria para los usuarios de los vehículos de motor y un objetivo vinculado a la preservación del medio ambiente. Guardo el recibo para enviárselo a mi regreso al Alcalde linense, que sé anda tratando de justificar la imposición de una tasa a los vehículos de motor que pretendan acceder a Gibraltar, tasa cuya procedencia y validez jurídica tiene muy clara. En la edición electrónica de EL MUNDO de ayer veo que la tasa no ha sido precisamente muy bien recibida por las autoridades gibraltareñas, acostumbradas como están desde hace algunos años a recibir sólo dádivas y parabienes del pródigo ´vecino' de Madrid. Pues no sé de qué se extrañan; en Londres existe desde 2003 una congestion charge –implantada por el laborista Ken Livingstone- para determinados conductores que circulen por zonas delimitadas. Su actual Alcalde, el pintoresco Boris Johnson, pretende ampliar las zonas afectadas por la tasa y elevar drásticamente su importe a los vehículos que más contaminan (y eso que los conservadores eran abiertamente contrarios a la aplicación de la tasa, pero cuando un municipio está en crisis el afán recaudatorio no tiene límites). Si lo hace la City será porque es competencia municipal y porque en modo alguno perjudica la libre circulación de personas o mercancías. Pero no sólo en Londres se aplica esa tasa (con la excusa medioambiental, que es la más lucrativa). También en Estocolmo (aprobado en referéndum urbano), en varias ciudades noruegas, en Roma (donde los residentes deben pagar una tarifa anual superior a los 300 euros) y, recientemente, en Milán. Otras ciudades, como Sevilla, están adoptando medidas disuasorias para la circulación por el centro, consistentes en reducir la permanencia de vehículos a un número determinado de horas (un paso previo al cobro de la tasa). Nada nuevo bajo el sol: quien quiera ver en coche Chelsea, el Duomo, el Stockholm Slott o los monos, que vaya haciéndose a la idea del peaje".

P.D. Aseguro que si Alejandro Sánchez apuesta por esta medida es porque la legislación le ampara.


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