Hoy, estudiando los apuntes de Teoría del Derecho del Profesor Carpintero, he encontrado el siguiente fragmento:
"En la mentalidad de la Antigüedad (aún vigente en este tiempo) no existían los prejuicios nacionalistas y unificadores que existen hoy, y cuando un grupo de forasteros llegaba a ser grande en una ciudad, a veces conseguían que se le asignara su propio territorio (normalmente un barrio extramuros de la ciudad en cuestión) en el que estaba vigente su propio derecho, no el derecho de esa ciudad; tenían sus propios tribunales y sus propias cárceles. Cuando conseguían estos privilegios (la figura del privegio, hoy impensable, era entonces muy frecuente) ese grupo de forasteros quedaba erigido en una Universitas, o universidad. Como en algunas ciudades creció fuertemente el grupo de profesores y estudiantes (se calcula que la Universidad de Salamanca tenía mil quinientos estudiantes en el siglo XVI), el "ayuntamiento de maestros y alumnos" fue elevado a la categoría de Universitas Studiorum. Estas Universitas eran autónomas, y estaban regidas por el Claustro, que delegaba algunas funciones en el Rector. Era un título de honor haber cursado estudios en alguna Universidad prestigiosa, y con el tiempo fueron las Universidades las que prestigaron a algunas ciudades".
Párrafos más tarde, "esta vida universitaria con su gobiero autonómo (precisamente la palabra Universidad se refería ante todo a esta autonomía) acabó en la Edad Contemporánea, cuando las ideas revolucionarias que crearon el Estado impusieron que todos los centros docentes fueran mantenidos y creados por el poder político".
La democratización de todas las instituciones del Estado, excepto la monarquía que siendo justos en su esencia nunca puede ser democrática o democratizada, ha conllevado en algunos casos a la pérdida de muchos elementos caracterizadores de las propias instituciones. Es el precio a pagar por garantizar el acceso en igualdad a todos.
Ahora que en nuestra ciudad hemos girado nuestros ojos hacia nuestra Universidad, porque eso es lo que deseamos, una Universidad autónoma en Jerez, nos hemos dado cuenta de como el poder político ha restringido esa autonomía, sin olvidar los límites de los conceptos Provincia y Comunidad Autónoma. Conceptos mucho más modernos que el de Universidad, que se permiten restringir y diseñar los deseos de una ciudad.
Quizás es el momento de poner encima de la mesa otros diseños menos estatalizados para nuestra Universidad. El ejemplo de la Universidad Pablo de Olavide, podría ser la solución a esta situación pero, ¿quién le pondrá la cascabel al gato?.
1 comentario:
Que complejo de inferioridad mas grande tiene Jerez con Cadiz.
Menos autonomia y mas sentimiento de union entre los pueblos de la provincia de Cadiz.
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