No soy una gran conocedora de la historia de nuestra Ermita de guía pero, si se reconocer cuando algo me encanta y eso es lo que me ocurre con esta Iglesia. Una Iglesia sencilla y coteta que hace muchos años me robo el corazón y hoy de una forma silenciosa sufro por la desfachatez y barbaridad que allí se proyecta.
Ya hace muchos años que soñaba conque algún mandamás de nuestra ciudad pensará en rodear esta Ermita con unos cuantos árboles y flores, creándo así el jardín más romántico y discreto de nuestra ciudad. Pero eso sólo quedará en mi imaginación, como aquella otra etapa de unos cuatro caminos de tierra que se cruzaba en la esquina de una Ermita que anunciaba que tras subir la cuesta se encontraba la muy noble ciudad de Jerez.
De eso sólo quedarán grandes bloques de granito que ocultan una de las joyas de nuestra historia.
Si alguien pudierá cambiar la historia...
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