Pues sí como puede uno pensar al leer el título voy a hablar de las lágrimas de Moratinos.
Yo que soy llorona, muy llorona, no me sorprendieron tanto sus lágrimas; quizás porque me parece lo más normal del mundo, quizás porque cada vez que hay algún cambio en mi vida pues lo lloro aunque sea de felicidad.
Una vez le escuche a Antonio Gala decir algo parecido a que para cada cosa uno debe de pasar un tiempo de duelo. Y desde entonces no me avergüenzo de mis lágrimas, aunque haya una amplia mayoría que piensen que son muestra de debilidad yo sé, que llorar las cosas, hace que tire para delante.
Entiendo a Moratinos y el gesto de Bibiana Aído al entregar la cartera, la política es dura, la vida interna de los partidos políticos, una guerra... llorar sólo muestra estar preparado para el final de una etapa y el comienzo de otra.
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