jueves, 30 de julio de 2009

Política, Estado y Mercado

Este post surge como contra respuesta al comentario de Borja Brela en su blog http://abrevaderos.blogspot.com/2009/07/solucion-la-deuda-del-ayuntamiento-de.html.

Son tantas las reflexiones que me han surgido al leerlo que le agradezco el esfuerzo intelectual que ha supuesto intentar argumentar mis opiniones contrarias a algunas de las afirmaciones, personales por supuesto, que él plantea.

En resumen, no creo que las instituciones políticas sean el “sistema menos eficiente” y si lo sea el mercado, es más sostendré la postura contraria. Por los desajustes del mercado los sistemas políticos son necesarios. Para ello utilizaré los mismos términos que plantea el catedrático Huerta de Soto para explicar la actual crisis financiera.

Rechazo la idea de que el Mercado sea “el sistema más democrático al tener como condición indispensable la voluntariedad de las partes que establecen una relación o transacción”, no existe voluntariedad sino necesidad.

Por último, no comparto la idea de que “el Mercado sea el sistema menos corrupto”, es más, afirmo que no existen sistemas corruptos sólo existen personas corruptas que son capaces de distorsionar cualquier sistema.

Empezando por el final.

3. POLITICA Y CORRUPCIÓN

En cuanto a la corrupción y la relación con los políticos, creo que es un silogismo demasiado recurrente y poco meditado. La política es un oficio muy noble, como el resto, pero en ella, como en todas las profesiones, hay personas que la ejercen sin ningún tipo de nobleza.

No es oro todo lo que reluce, la política es una profesión muy dura que sólo es soportable en la mayoría de los casos por el amor a esta profesión. Una profesión que exige una dedicación total y una renuncia a parte de tu vida personal y familiar. No hay nada glamuroso, ni pretencioso, todo lo contrario muchas horas de trabajo, esfuerzo personal y voluntad.

Conozco muy pocos políticos que hayan llegado a posiciones claves sin tener detrás una trayectoria de años de trabajo, eso no es garantía de aciertos, lo sé, y eso si es nuestra responsabilidad y, sin pretender ser una excusa, perdemos la noción de la realidad porque perdemos una vida normal. Equivocarnos pues sí, pero horas y ganas, todas las del mundo y más.

También existen las excepciones, como existen en todas las profesiones, pero esos son los casos de los que nunca nos acordamos y nunca reconocemos, ni agradecemos al otro, al político que hace bien su trabajo.

En cuanto a la corrupción en sí, pues si hay políticos corruptos, hay médicos corruptos, hay empresarios corruptos, hay ONG´s corruptas… y sabes por qué te olvidas del resto y te acuerdas de los políticos, porque la política importa y por eso son siempre noticia.

Hasta el concepto es distinto, un político es corrupto y un empresario es un estafador, el código moral es mucho más duro para el corrupto que para el estafador. El caso de MADOFF o de AFINSA, verdaderos escándalos en el mundo económico y empresarial, son tratados como estafas y no como casos de corrupción.

Está mal visto ser político y que nos interese la política pero el ser humano es antropológicamente político, nos importa la política y nos gustan los políticos, por eso nos hiere cuando una persona utiliza esta profesión sólo para su interés personal.

Y todos decimos en esta situación, yo habría hecho cual cosa o cual otra. Cuando escuchamos que un médico o un economista hacen algo mal, no nos imaginamos en esa situación; cuando hablamos de los políticos todos nos vemos a nosotros mismos con la capacidad de serlo porque, repito, todos los seres humanos, somos seres políticos.

2. VOLUNTARIEDAD O NECESIDAD.

Son dos conceptos distintos pero no entiendo dónde está la voluntariedad en el mercado, yo sólo encuentro necesidades.

Las personas buscan en el mercado “sus fines, lo que para ellos tiene valor” (Huerta de Soto). Las personas van al mercado movidos por la necesidad de encontrar, en cambio, la política exige voluntariedad, renuncia expresa a un medio de propiedad personal para que el “estado” lo intercambie de manera libre. En el mercado los intercambios son de “tu a tu” dónde cada uno decide transmitir en la medida en que sea capaz de obtener una ganancia real e instantánea. Uno prioriza lo que gana por lo que pierde en el mercado, en el Estado pierde pero no tiene seguridad en lo que gana, sólo confía en la capacidad de la sociedad para revertir ese medio perdido en una ganancia que puede ser menor, igual o superior pero no hay “seguridad” en el intercambio.

1. POLÍTICA REGULADORA DE LOS DESAJUSTES DEL MERCADO.

Partiendo de la causa que localiza Huerta de Soto para la actual crisis financiera, la expansión del crédito, podemos llegar a la conclusión de la necesidad de la política como elemento regulador de los ciclos económicos.

Huerta de Soto hace referencia al establecimiento hace 200 años en Inglaterra de la obligatoriedad para los Bancos de garantizar al 100 % para el papel moneda con reserva de oro, en cambio, esta misma obligatoriedad no existe para la emisión de depósitos. Esta es la clave, un acierto del Estado y un error del mercado.

No hay crisis respecto al papel moneda porque la actuación política garantiza su correlación real con oro pero si hay crisis en el mercado crediticio porque se basa en una ficción, en un asiento contable que existe en el debe pero no el haber de los bancos. Este es un error que en 200 años el mercado, totalmente liberalizado en este aspecto, no ha sido capaz de reajustar por sí mismo y, es el propio Huerta de Soto, quién entre las tres soluciones a esta crisis plantea la “exigencia de encaje al 100 % en relación a los depósitos a la vista y equivalentes” y yo, le preguntaría, qué para existir una exigencia es necesario un sistema coercitivo y ese no es otro que el Estado. Pero no sólo cae en una contradicción el profesor Huerta de Soto, vuelve a incidir en ella cuando pide a los políticos que sólo “inyecten dinero al sistema crediticio”, es decir, que den realidad a una ficción que ha creado el mercado.

CONCLUSIONES

1. Ante la crisis, más política, como aquella actividad noble que busca, a partir de la organización de la sociedad, el mayor nivel de bienestar para los ciudadanos.

2. Ante la crisis, un Estado regulador de los desajustes en los sistemas sociales.

3. Ante la crisis, un mercado que premie el esfuerzo y el trabajo y no cree situaciones ficticias, políticamente correctas pero alejadas a la realidad. No pueden acceder al crédito ilimitado aquellos que no cuenten entre sus medios con capacidad de esfuerzo y ahorro.

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