Lo peor del día de hoy es que le sigue un mañana.
Un mañana que es el principio del final.
En Jerez debía haber dos Ferias, una porque la del Caballo es el final y otra, la de la Vendimia porque es el principio. Porque nuestra ciudad es así, termina y empieza cada año.
No es una ciudad eterna, es un ciudad estacional que vive, cambia y sufre con las estaciones.
Cuando acaba la Feria del Caballo es cómo si Jerez empezará a adormecerse, ya no hay tanta gente por las calles y con el calor salimos todos huyendo. Ya no hay proyectos, ni alegrías, ni cuando nos encontramos con viejos amigos les decimos "te llamaré para vernos", ahora les decimos "tio con el verano tu sabes que ando un poco perdío". Porque todos nos perdemos y Jerez se queda sola.
Pero septiembre es distinto, vayas dónde vayas hay gente, ganas de reír, de empezar nuevas cosas, y te encuentras con alguien y te tomas una cerveza, sin importar nada más. Y cantamos flamenco, o eso se intenta, porque estamos contentos y Jerez son palmas por bulerías, las risas más sonoras.
Hoy, acaba la Feria del Caballo, ahora comienza la recta final, terminar todos los "asuntillos" para poder irnos a veranear pero somos tantos los que nos quedamos en Jerez, que nos escondemos para no hacernos notar.
Ya llegará septiembre.
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